miércoles, 28 de junio de 2017

Hasta la vuelta

Casi sin darnos cuenta se nos ha ido el curso. Espero no haberos decepcionado como tutor y profesor de filosofía: perdonadme las muchas veces que he sido injusto o no he estado lo bastante atento a vuestros problemas, dudas y necesidades. No voy a excusarme, pues ya os he dicho varias veces lo que pienso de las excusas, pero espero de vuestra generosidad que recordéis solo lo bueno y os olvidéis de todas las cosas malas.

sábado, 24 de junio de 2017

El pasado es impredecible



-Deje que le cuente lo que va a pasar: tres agentes de la seguridad nacional van a esposarle… y luego le acusaremos de blanqueo de dinero y seis cargos de conspiración y asesinato, y yo me iré a mi casa porque mañana es el cumpleaños de mi hijo… Mientras usted come puré de patatas en su celda, piense en mí entre las olas doradas del trigo.
-No, eso no es lo que va a pasar ahora. Lo que va a pasar ahora es esto: dentro de cinco minutos se va a abrir esa puerta y un hombre con el que no podrá discutir me dirá que puedo irme, y yo me levantaré de esta silla y desapareceré por el mundo con la ayuda de Dios… Agente Burgle, Gloria, créame: el futuro es seguro y cuando llegue usted sabrá cuál es su sitio en este mundo.
Tras pronunciar estas palabras, el rostro del mafioso Vargas se oscurece y la cámara medio-enfoca el reloj de pared situado tras él. A continuación, primer plano del rostro de la agente Burgle y contraplano del mismo reloj, que marca una hora difícil de precisar. Vuelta al rostro de la agente, en el cual parece empezar a dibujarse una media sonrisa. ¿Han pasado ya los cinco minutos? ¿Cuál de los dos tiene razón? ¿Es una sonrisa victoriosa o escéptica? Sin que ningún espectador pueda contestar estas preguntas, aparecen los créditos finales: la tercera temporada de Fargo concluye con un gran signo de interrogación.

miércoles, 7 de junio de 2017

Una reflexión sobre lo sagrado


Edición española que traduce Das Heilige como Lo santo...

Tengo un vago recuerdo de una primera lectura de Lo santo (Das Heilige, de Rudolf Otto, título probablemente mejor traducible como “lo sagrado”) muchos años atrás, más de los que me gustaría creer. Antes de emprender una nueva lectura mi recuerdo de este texto podría resumirse, y casi agotarse, en tres palabras, dos adjetivos más una conjunción: “tremendo y fascinante”. Puesto que el sustantivo del que se decían ambos adjetivos, “Misterio”, vendría a equivaler a descripciones como “lo sobrenatural” o “lo divino”. Según creía recordar, se trataba de una forma de evitar la palabra “Dios”, pues no todas las religiones entienden el objeto de su culto de la misma manera.