La presente entrada únicamente pretende completar y aclarar otra de contenido más general de este mismo blog, titulada "Navidades: la paganidad del cristianismo o viceversa".
Hasta el siglo XVIII, los evangelios y la predicación de la Iglesia se consideraban, sin lugar a dudas, testimonios exactos y enteramente fiables de la vida de Jesús. Incluso se hacía todo lo posible por armonizar narraciones evangélicas claramente contradictorias, como vemos en el ejemplo de los relatos sobre el nacimiento de Jesús.
Hasta el siglo XVIII, los evangelios y la predicación de la Iglesia se consideraban, sin lugar a dudas, testimonios exactos y enteramente fiables de la vida de Jesús. Incluso se hacía todo lo posible por armonizar narraciones evangélicas claramente contradictorias, como vemos en el ejemplo de los relatos sobre el nacimiento de Jesús.