EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LAS GRANDES RELIGIONES
La presente entrada debe entenderse simplemente
como un material de consulta, abreviado e incompleto, que permita una rápida
visión de conjunto de los procesos históricos fundamentales que han configurado
la pluralidad religiosa del mundo actual. Los puntos que aquí no se tratan
(religiones de la Antigüedad, religiones sincréticas, etc.) pueden consultarse
en muchos y excelentes manuales entre los que merece la pena destacar los de
Mircea Eliade (Historia de las ideas y creencias religiosas) y E. O.
James (Historia de las Religiones e Introducción a la Historia
Comparada de las Religiones).
A) RELIGIONES PRIMITIVAS.
Como hemos visto en otra entrada, la ciencia de la religión del siglo XIX y principios del XX se
desarrolló en buena medida como un intento de descubrir la “fase primera” o
“forma elemental” de la religión. Tal intento de reconstrucción del pasado se
apoyaba por un lado en los restos arqueológicos, pero sobre todo en la analogía
con las costumbres y creencias religiosas de los llamados “pueblos primitivos”.
Se presuponía, en general, la validez de una ley de la evolución de los pueblos
según la cual cada grupo humano debía pasar por las mismas fases y en el mismo
orden que todos los demás.
Aunque estas premisas
metodológicas han sido rechazadas posteriormente, las fuentes de obtención de datos
siguen siendo la observación de los “pueblos primitivos” (la que se ha
conservado en documentos, ya que las culturas primitivas como tales han
desaparecido ya o están a punto de desaparecer) y la interpretación de
yacimientos arqueológicos. Respecto a la primera, se ha constatado que las
consideradas “formas simples” o “elementales” de religiosidad (culto a los
antepasados, totemismo, fetichismo, etc.) no aparecen nunca aisladas, sino
mezcladas con otros aspectos de la religión que los autores del siglo XIX
consideraban propias de las religiones superiores: dioses supremos, leyes
morales, etc. Existe una división básica en lo que se refiere a la
caracterización del Ser Supremo, presente (aunque no en primer plano) en todas
las religiones primitivas: Padre del cielo en los pueblos de
cazadores-recolectores y pastores, Madre Tierra en algunas culturas agrícolas.
Se puede constatar, como dato universal, la presencia de rituales de muerte y
resurrección.
Respecto a los restos
arqueológicos, es evidente que testimonian la existencia de creencias
religiosas en la Prehistoria, e incluso nos autorizan a conjeturar la
naturaleza de tales creencias; por ejemplo:
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Enterramiento en posición fetal y con objetos personales |
-Los enterramientos
muestran claramente la creencia en una supervivencia tras la muerte (muertos
enterrados junto a objetos personales, comida, animales de compañía, etc.). El
mismo hecho del enterramiento y la posición fetal en que, a veces, es colocado
el difunto sugieren también la concepción de la muerte como “nuevo nacimiento”.
Es asimismo significativo que, entre los hombres de Neandertal, los cadáveres
se encuentran siempre enterrados de lado y con la cabeza orientada al Este
(¿indicio de culto solar?).