Sobre los huesos de Franco, la Historia hecha tebeo y los políticos que reviven guerras civiles para ganar votos.
"Y tampoco vamos a estar cuarenta años hablando de los cuarenta años": esto lo decía José Sacristán, desde una emisora de radio, a los españoles que se sentían perdedores de la guerra y víctimas de la dictadura, en la película Solos en la madrugada, dirigida por José Luis Garci y estrenada en 1978.
José Sacristán, razonando que no hay que estar 40 años hablando de los 40 años |
Por cierto, se habla de una cierta "comisión de la verdad", auspiciada por el gobierno, para declarar ilegal cualquier justificación del franquismo. ¿No suena esto al
Ministerio de la Verdad y al Gran Hermano imaginados por Orwell antes que por la
telebasura? ¿Desde cuándo los gobiernos deciden cuál es la verdad histórica o
qué parte de esta se puede contar y cuál no (se entiende: en una democracia)?
¿Será justificar el franquismo recordar que a Calvo Sotelo lo asesinaron, poco
antes del 18 de julio, agentes del gobierno del Frente Popular,
que intentaron hacer lo mismo con Gil Robles y otros derechistas conocidos y si no lo consiguieron fue porque, al ser un secreto a voces el plan gubernamental de exterminio de la oposición, los amenazados cambiaron de domicilio para ponerse a salvo?
¿Seremos franquistas por decir que en Madrid y Barcelona ardieron iglesias como fallas, sin que las fuerzas de seguridad hicieran nada por impedirlo (como ya sucedió, exactamente igual, en 1931)? Los destrozos artísticos ocasionados por el Estado Islámico y los talibanes en Oriente Medio no son nada en comparación con los del Frente Popular en España, aunque nadie se quiere acordar de ello ni tampoco identificar a los responsables (cuando preguntas en una iglesia por qué no está la obra original, el cura, sacristán o guía turístico de turno te responde: "se quemó en la guerra", como si estuviéramos hablando de combustión espontánea). Es verdad que los comunistas y anarquistas igual quemaban tallas o retablos enteros góticos o barrocos que castraban curas o violaban monjas poco antes de darles el tiro de gracia (algunos eran tan graciosos, que celebraban con risotadas mandar a sus víctimas al paraíso)...
¿Nos dejarán al menos acordarnos de que en
Paracuellos y en Cataluña murieron de un disparo en la nuca, en los primeros meses de la guerra, muchos
casi niños solo por estudiar en un seminario y personas honradas que solo
tenían el injustificable vicio de ir a misa algún domingo que otro (en un
pueblo de Málaga fusilaron a un mendigo por pedir limosna "por el amor de
Dios", parece broma pero es la triste realidad)?
¿Seremos franquistas por decir que en Madrid y Barcelona ardieron iglesias como fallas, sin que las fuerzas de seguridad hicieran nada por impedirlo (como ya sucedió, exactamente igual, en 1931)? Los destrozos artísticos ocasionados por el Estado Islámico y los talibanes en Oriente Medio no son nada en comparación con los del Frente Popular en España, aunque nadie se quiere acordar de ello ni tampoco identificar a los responsables (cuando preguntas en una iglesia por qué no está la obra original, el cura, sacristán o guía turístico de turno te responde: "se quemó en la guerra", como si estuviéramos hablando de combustión espontánea). Es verdad que los comunistas y anarquistas igual quemaban tallas o retablos enteros góticos o barrocos que castraban curas o violaban monjas poco antes de darles el tiro de gracia (algunos eran tan graciosos, que celebraban con risotadas mandar a sus víctimas al paraíso)...
Propaganda netamente stalinista en el bando republicano |
Los que tanto alaban a Hemingway por su apoyo a la
República (o sea, al stalinismo), ¿por qué no mencionan a su colega Dos Passos,
que vino a España cargado de idealismo y se volvió a Estados Unidos asqueado de
la mierda que tuvo que ver y soportar (entre otras cosas, la
desaparición/ejecución de su mejor amigo por agentes de la URSS)? ¿O a Orwell,
que escribió su mejor obra (que no es Homenaje a Cataluña, sino Rebelión en la granja) profundamente arrepentido de haber colaborado, a su pesar, con el peor totalitarismo del siglo XX, que él había conocido de primera mano precisamente en España, y para advertir a todos los demócratas e izquierdistas ingleses de que no se dejaran engañar por la propaganda stalinista?
Y eso, por no hablar de los propios dirigentes
comunistas que, al principio bienintencionados, "perdieron la fe" en
Moscú, como Enrique Castro Delgado o Jesús Hernández (¡leed sus libros, por favor, antes de que
algún iluminado decida prohibirlos!).
Propaganda franquista, tan sutil como la de los republicanos |
Eso sí: cuando saquen los huesos de Franco del Valle
de los Caídos (a mí me da igual lo que hagan con ellos, como si quieren
quemarlos o arrojarlos al vertedero más cercano) se habrán solucionado los problemas
de todos los españoles para siempre jamás. Y quien ose ponerlo en duda, será
porque (como yo) es un franquista vergonzante.
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