En la puerta de Rashomon vivía un demonio, y dicen que se fue porque tenía miedo de los hombres...
La peculiar
forma narrativa de Rashomon, que podemos
llamar perspectivista, consiste en ofrecer cuatro versiones diferentes del
mismo hecho (la violación de una mujer por un bandido y el posterior asesinato
de su marido). El comienzo de la película consiste en aproximaciones
progresivas al hecho: el hombre que encontró el cadáver, el que supuestamente
es el último que vio con vida al asesinado (excluidos los tres implicados en el
hecho), el policía que detuvo al asesino… A partir de aquí comienza la
exposición de las cuatro versiones: la del asesino, que trata de disminuir su
culpa (dormía cuando la brisa le despertó y vio a la mujer que parecía una
diosa: “si no hubiera sido por esa brisa de aire nada habría pasado”); la de la
mujer, que se duele del desprecio de su marido tras la violación; la del propio
muerto, que a través de una médium cuenta su versión y carga toda la culpa
sobre la mujer; y finalmente, la del que supuestamente solo encontró el
cadáver, pero en realidad vio más de lo que dijo, y cuenta una versión de la
historia en la que ninguno de los tres implicados sale bien parado.
Como he escrito en otra entrada, "más que el aliento épico, a los cinéfilos europeos les sorprendió el fondo filosófico de la historia, puro perspectivismo nietzscheano, que presenta una realidad nouménica (la verdad pura, la cosa en sí) resistiéndose a una categorízación que se pretende objetiva y fragmentada en cuatro visiones incompatibles entre sí". De ahí el abandono de la narración lineal (único punto de vista) y su sustitución por sucesivas aproximaciones, todas ellas parciales e interesadas, al mismo hecho narrado.
Pues lo que
hace de Rashomon una película de su
autor, Kurosawa, no es su construcción narrativa a base de flashbacks (similar en el fondo a la de Ciudadano Kane, aunque, a diferencia de esta, los flashbacks no hacen progresar la
narración en el tiempo, sino que vuelven una y otra vez a los mismos hechos;
otra película de Kurosawa, Vivir, se
aproxima más, en su parte final, al modelo de Welles). Tampoco su ubicación en
el Japón feudal, que ha sido frecuentado por otros cineastas. Se trata más bien
de la concepción escéptica, cuasi-nihilista, que empapa la historia, aunque al
final se abre un pequeño resquicio para la esperanza. “Aquí, en la puerta de
Rashomon, vivía un demonio, y dicen que se fue porque tenía miedo de los
hombres.” En Rashomon hasta los
muertos mienten, todos se olvidan de lo que no les conviene recordar y llegan
incluso a creerse sus propias mentiras. Es la misma mirada desencantada que
aparece en Los siete samurais (samurais,
bandidos y campesinos participan de la misma condición mezquina) y que llega
hasta sus últimas obras, de las cuales las más dignas de recuerdo son Kagemusha y Ran.
Quedémonos con el final como una pequeña luz
en la oscuridad, el hombre del que acabamos de descubrir su condición de mentiroso
y ladrón, pero que aunque ya tiene seis hijos adopta al bebé abandonado:
“Gracias a ti puedo seguir creyendo en los hombres”, le confiesa el monje
budista poniendo voz a la conciencia del espectador.
Una última anotación: el duelo dos veces narrado (la primera cumpliendo escrupulosamente las reglas y la segunda mostrando los recursos más sucios y rastreros), ¿no es un claro precedente de El hombre que mató a Liberty Valance?
Entradas anteriores de la serie:
Una pausa en la batalla (Río Bravo)Entradas anteriores de la serie:
Bosques de bambú, damas marciales y toques zen (A touch of zen).
Odiar el desierto por no tener agua (La venganza de Ulzana).
Lecciones de Cine para preadolescentes (El padrino).
Lo que las palabras no dicen (Centauros del desierto).
Mentiras piadosas para mentes infantiles (La vida es bella).
¡Toma montaje de atracciones! (El nacimiento de una nación, El acorazado Potemkin).
El travelling como filosofía de la vida (Frenesí).
Calderero, sastre, soldado... (El topo).
Si Dios no existiera... (Los comulgantes).
Entrada posterior:
Decir y mostrar, o cómo se construyen los relatos (Fort Apache)
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